Había un perro pequeño y simpático llamado
Loqui que tenía todas las atenciones de su hogar, hasta que un día sus dueños
llevaron una nueva mascota que resulto ser una gata muy fina llamada Fosi, a
partir de ese día Loqui no tuvo tranquilidad alguna, puesto que todas las
atenciones del hogar eran para Fosi.
A
Loqui se le ocurrió la idea de comerse la comida de la gata Fosi para ser igual
que ella, él pensaba que si hacia esto sus dueños iban a volver a tener las
mismas atenciones con él, pero Loqui no veía ningún cambio, aunque de igual
modo siguió hasta que sus dueños lo descubrieron.
Después de todo, los dueños entendieron que
tenían que darles las mismas atenciones
tanto a Fosi como a Loqui y entonces Fosi comenzó a comportarse como un perro
normal.
Comentario personal: Una divertida historia fuera de lo común y con
una lección muy importante que aprender “A todas nuestras mascotas debemos de
brindarles el mismo amor y las mismas atenciones por igual”.
Puntuación: 8/10.
Instagram: @Fransheskaovalle
Twitter: @Franshesovalle
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