Cuánto tiempo
desperdiciamos pensando en que si haríamos esto o lo otro, estaríamos bien o
seríamos más felices, la vida me ha enseñado
a que cada día es único, que debemos nosotros mismos trazar nuestro propio
destino y tomar nuestras propias decisiones, sin permitir que ninguna otra
persona las tome por nosotros.
Cuando
permitimos que otras personas tomen nuestras decisiones por nosotros mismos nos
volvemos títeres de aquellos que quien interponerse en cada paso que queramos
dar, no estoy diciendo con esto que no podemos pedir opiniones de los demás, sí
en un momento estamos desorientados podemos hacerlo, sin embargo al momento de
tomar decisiones y más cuando se trata de decisiones importantes que podrían
definir un nuevo camino por recorrer en esta vida, lo hagamos de manera
consciente, responsable y seguro de nosotros mismos, luego así evitáremos
echarle la culpa a aquellos que solo emitieron una opinión de lo que debimos de
hacer.
Si ya hemos
tomado una decisión fuerte que ha cambiado totalmente el rumbo de nuestras
vidas y resultó que no era lo que esperábamos, en vez de estar buscando
culpables por todas partes, es mejor centrarnos en buscar la forma de tomar
otras decisiones que puedan ayudarnos a encontrar el equilibrio perdido.
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