-La felicidad no se compra. Tampoco se deriva de un proceso lógico o matemático de sumar tus logros, tus bienes, tus relaciones o tu posición en la sociedad. - La felicidad se siente, no se piensa. -Cuando uno se equivoca, o cuando las cosas no nos salen bien, uno no tiene por qué sentirse inútil, tonto o culpable. Uno debe entender su error, aprender del error y buscar otras alternativas sin dudar de su autoestima. -Todo lo que retienes se mantiene. A todo lo que te aferras, te esclaviza. -A medida que tomes más conciencia de tus conductas, tendrás una mayor capacidad de mejorar. -Cuando una persona está en una cueva subterránea y no encuentra la salida, se desanima y desiste de intentarlo. Pero si en su búsqueda escarba y encuentra un mínimo haz de luz. -El verdadero objetivo de la empresa es ofrecer un entorno que te permita, tanto a ti como a tu personal, realizarse, crecer, aprender, desarrollarse. -La rentabilidad y el dinero son un medio y no el fin en
Diario de una pequeña escritora
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