Comenzaron a faltar los pequeños detalles, comenzaron a faltar las
palabras, comenzó a faltar el respeto, la confianza y la pasión; así comenzó a
faltar lo necesario para mantener el amor, comenzó a faltar lo necesario para
que la llama de ese amor siempre estuviera encendida y no apagada como está
ahora.
Debemos de valorar y cuidar
lo que tenemos antes de correr el riesgo de perderlo. Tomar conciencia de lo
que realmente es importante para nuestras vidas y lo que nos hace felices
como personas.
El amor es como una flor,
debemos cuidarlo, valorarlo, dejarnos llevar por ese perfume que nos cautiva para ser mejores personas. Cuidemos cada detalle que la vida nos
brinda, cuidemos de esa persona que es importante para nosotros, pues puede ser
que un día sea tarde y que ya no podamos hacer nada para remediar los errores
cometidos en el pasado.
Fransheska Ovalle
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